prueba con texto simulado

texto sacado de mi otro blog

Habíamos logrado empatar el partido después de estar dos goles abajo. Y aunque éramos uno más, debíamos esforzarnos mucho si queríamos ganar. Quizás por eso, apuré a fondo esa pelota y a pesar de estar casi sin aliento tras el pique, di media vuelta y busqué el pase atrás a mi compañero ante la salida del arquero, recordando siempre el ABC del fútbol.

Y fue gol. Pero antes que la pelota entrara al arco, apoyé mal el pie derecho y torcí mi tobillo como tantas otras veces, por tener lesiones crónicas en esa delicada zona. Caí y el dolor me hizo olvidar el esfuerzo. No podía pararme a celebrar, un esguince me dejaba otra vez fuera de un partido.

Claro que ahora fue más grave. Casi rompí mis ligamentos y el hematoma me obligó a pasar del gramado a la camilla en la clínica.

Ahora tengo para estar un mes usando una bota que, aunque no es yeso, me inmoviliza completamente y me obliga a cojear. Además, no tengo muchas esperanzas de volver a jugar por al menos un par de semanas o incluso un mes más después que me vuelva a revisar el traumatólogo, que bromeando me felicitó por haber ganado el partido.

"No puedo ni siquiera celebrar eso, doc, si apenas era una pichanga con amigos", le respondí desganado, dejando que el malhumor y el desánimo se apoderaran de mi cabeza.

No han sido buenos estos últimos días. Ya había estado más bien retirado de la escritura (y lectura) en mi blog y encima con uno que otro problema personal de esos que te hacen cuestionarte hasta lo que eres. Echado en una cama con el pie en alto tendré ahora un par de días para meditar. A ver si se me pasa la mala onda y reoriento mis caminos.

Si ni siquiera entiendo por qué ahora dejo escrito en el blog un problema más bien personal como un esguince de tobillo. Espero estar pronto de vuelta, quizás con una cara nueva...